jueves, 22 de octubre de 2009

Desvariando



Cartas a Sara

Hace no mucho tiempo, Sara entro en mi ciber mundo y hoy en día, de manera especial me escribe algún que otro mail, mientras que de alguna manera me obliga a ser de su tribu, mas allá de su prima gallega y de cualquier amiga suya, cansada de que su novio la pasee al viento en sus coches caros. Mas allá. Me esta enseñando a comprender el idioma de los que viven donde hace frío y de los que aun se ponen chaquetas de punto.
Compartimos letras, palabras y frases en tono irónico, comemos juntos en el cuenco del creer y del querer saber algo, aunque ella al menos tenga sexo telefónico con su novio de Valladolid y así sabe mas que yo o al menos practica. Muy bonito Pucela por cierto.
No se si cuando los niños cuajan, es naturaleza pura o una indignidad según los mas altos mandos del ejercito de la iglesia, con cuartel en todos los pueblos rurales y civilizados. Hace poco me contaron, o leí, o escuche un cuento sobre las cigüeñas.

¿Papa porque en el cole estoy solo? ¿Por qué no tengo hermanos?
¿Por qué no hay nadie en el parque?
Niño, calla y comete la cigüeña…

Otro zarpazo del rey del chascarrillo.
Esta mañana, huí de la red y de saber que quizás sea verdad que todos tenemos un ciber mundo, en el cual espero no encontrarme nunca con Sánchez Drago, pero donde te conocí y donde me encuentro pequeña cachorra. Nos hablamos de mi buena amiga Helena, de mi Patt y su ciudad del viento, y de lo difícil que seria criar a un niño, en un mundo sin mujeres. Te imaginas a tu niña criada entre alaridos del macho de tu estepa y entre cortesías horteras del sexo contrario de mi ciudad y lo mínimo, es una arcada.
Bonita, que tu hombre desnudo que imaginas noche a noche, se va a constipar, y nos vamos a reír todos menos el. ¿Apuestas?
Si me escribes en verde claro sobre fondo blanco, me cuesta seguirte y si cada dos parpadeos escribes al menos diez frases, un poquito mas. Pero, aun así, sigo leyéndote y desmayándome de la risa cada vez que me aconsejas o simplemente esbozas una frase sobre, tu familia y sus costumbres domesticas alimenticias o sobre cualquier inquietud que se precie.
A una hora de marcharme pitando al trabajo, te leo y ya tengo algo que llevarme puesto por si llueve, una idea. A las madres hay que acompañarlas a la compra si o si, al fin y al cabo saben donde esta el veneno y también son las mismas que te sirven el cuenco de lentejas cada martes o cada lunes arroz con huevo.
Por un planeta con todo el sexo del mundo, pero con el cuidado de la tribu del Opus, me marcho a engullir en pajita lo que hoy el triste, pero honrado menú de la casa me proporciona. Croquetas de jamón.
Mañana Zaragoza, orejeras, manta, música y viento.
Te contare lo que grite afónico mi corazón miserable, buenas tardes/noches/días.

No hay comentarios:

Archivo del blog