domingo, 8 de febrero de 2009

Bicicleta sin ruedas


Tengo las manos oxidadas, los dedos están muertos de frío de esta intemperie eterna, pero lo que es peor, no me muero de frío, porque siento ese calor una vez al año como el carnaval. No diré ni soy, ni seré, ni hice, ni deshice, voy a dejar el ego aparcado y que venga tu viento por donde desee, tiene las puertas abiertas por si quiere volver tantas veces como vea oportuno. Rumiar las aceras de las calles y sonreír a los asesinos de momentos, volver al sofá y detrás de aquella puerta seguir guardando un deseo. Tú y solo yo, y la sensación de comprenderte, de saberme los pasos de tus bailes de memoria. Robar sonrisas para nuestro silencio y cuidar de tu espalda como tu de mi cabeza, vamos a lo natural de que cada mañana solo halla un motivo para despertarnos, vernos. Mi aliento sabe y huele a ti desde que te bese, y hay cosas que no quiero cambiar, soy así. El niño de todas las historias que te conté. El tonto de siempre.
El vago alivio de la verdad se cierne en mis piernas e intenta pedalear en esta bicicleta sin ruedas, la pasión del loco y la incapacidad de quien quiere encontrar algo dentro de si mismo, que solo encontrara siendo esclavo del tiempo, de la medicina y quien sabe, si fuera capaz, de creer que aun quedan hombres buenos.
Cantaban Los Rodríguez, y escribía en el reverso de este panfleto en el metro ligero que me aleja de ti, hasta que tú quieras, hasta que tú desees. Y sin embargo, no me quiero ir.
En una cuesta donde se alcanza velocidad y se disfruta de esta bicicleta, tampoco se necesitan pedales, ni siquiera se leen las señales de velocidad, porque somos lo que queremos. El freno existe y no hay que tener miedo a utilizarlo.
Ponme una pendiente y esta bicicleta llegara hasta arriba, con mi amistad, con mi cariño, incluso con mi deseo. El amor de quien pedalea sin llegada, no vive en mi…quiero hacer volar a la bicicleta sin ruedas. Quiero volverte a ver. Y no saber nada mas allá de lo que me dejes, educado como un ‘’buenos días’’ y cómodamente tumbado en un ‘’espero verte pronto’’.

Gracias

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