domingo, 23 de agosto de 2009

''Me siento en la cabina de un McDonald Douglas''

Odio los halls de los hoteles más que madrugar y volar. No se si esta ciudad arderá algún día, a mi la verdad que me la trae al pairo, solo soy un ave de paso, mi taxi es el cajón donde viajan las cartas que mando sin respuesta. Mis ojeras rebotan en el espejo retrovisor interior de ese gordo y moreno taxista, me intenta hablar pero no me apetece ni hacer un gesto, no he dormido y solo quiero llegar a Madrid. Viajo en primera y mi mochila ya ha dejado de temblar, he terminado 1984 y nadie sabe que viajan al lado de alguien peligrosamente contento y feliz, que se atengan. Solo queda lo peor, aterrizamos en la T2 y ahora si que mi casa es mi hogar, y vivo en ella y transito en ella, una vez mas. No se si volveré a esa isla, no se ni siquiera si he estado alguna vez.
Ahueco mi almohada y suspiro, mis pupilas se dilatan, llega el REM y a partir de ahí todo, todo no ha pasado nunca.

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