Como me gustaría beber un trago de tequila y borrar lo malo, de mi vida o de mi pensamiento, pero no es eso…eso me hace aprender. Un golpe y que me vuelva amnésico, pero tampoco porque… ¿y mis amigos, y a quien amo? ¿Dónde irían? Será que la suerte o el destino me tienen reservado un trono de paciencia y solemnidad, al despojar a estos días tan raros, todas sus ataduras y harapos. No tengo sensación alguna en el cuerpo, anoche escribí en un cuaderno, aproximadamente una palabra y media, me he sentado y he hecho mis obligaciones, he demostrado a quien quiero que le quiero, a quien no lo entiende tampoco se lo he explicado, hoy soy de cartón. Un cara de cartón.
Me mojo cuando llueve y peso mas, me doblo con facilidad y soy liviano al peso, se me puede pintar de mil caras y siempre sigo siendo yo, quizás esta condición se ha cansado de ser así y ahora ni me pintes ni me lleves, prefiero ser otro tipo de cara.
La soledad es una moneda que todos llevamos en el bolsillo, pero esta vez no hago mas que sacarla de mi bolsillo agujereado, magia potagia o cosas por estilo. No se la verdad que clase de película estoy viendo, pero al igual que no hay bolsillo eterno tampoco hay película que dure mil días. A mis amigos, a ti, a mi música y a todo lo que merezca mi atención le pondré una sonrisa, eso si, una sonrisa de cartón o a lo mejor no.
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