Días de tranquilidad, de sonidos de la naturaleza, de olor a río, de abrazos y de anécdotas. Así son los días con mis amigos, que azotados por un calor dudoso y titubeante se lanzan a la poza mas horrorosamente fría a bañarse, beben de un melón conmigo o cantan hasta hacerme sonreír. Y me lo quería perder. Vuelo lejos de todo cuando me pasan estas cosas, cuando creo una ‘’arturada’’ o cuando simplemente juego con el niño. Me confundo de planeta y rozo con mis dedos la paciencia del que espera. Que bonito que me llueva, me alegro de veros y de que seáis yo y yo vosotros, un ratito, pero largo. La carretera es corta si el viaje vale la pena, ahora creo que iré a Canarias a unirme con dos de las personas más importantes de mi vida, Ana María y Sara, pero bueno supongo que el lugar también dará igual. Gracias a todos, los que me hacéis escapar un poco de la monotonía, gracias.
Un abrazo para mi hermano Juan y para su papa que se pondrá bueno pronto. Días difíciles amigos fuertes.
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