lunes, 25 de mayo de 2009

El ministerio

La iglesia es poderosa y quizás mezquina y avariciosa, sin peros. Ayer estuve en la diaconizacion de uno de mis mejores amigos y por invitación me vi otra vez en el interior de una iglesia. Dos horas de intenso discurso, y de cánticos entonados por los allí presentes, lo que me diferencia de ellos es mas algo simbólico y simpático que cualquier otra cosa. Aquella señora llamando a otra, ‘’vieja e impertinente’’ por cuidar el sitio a unos familiares y es que como bien dijo ella, ‘’no se guardan los sitios en la iglesia’’, o el mensaje que me sonó en el móvil con la melodía de encuentros en la tercera fase, en mitad de una de esas charlas hablando del viejo libro, hicieron mi tarde mas amena.
Mi amigo es especial y forma parte de lo granado y peculiar de mis amigos, que distintas y peculiares amistades tengo, y lo orgulloso que estoy de ellas.
Había un ‘’pez gordo’’ de Rouco Varela y hacia que el acto se tiznase mas importante quizás de lo que fuera, tuve la oportunidad de escucharle hablar sin ese ordinario y dorado traje de arzobispo o algo así, parecía gay, lo siento me lo pareció. Empezó a repetirse en mi cabeza ese viejo rumor que habla de los curas con una orientación sexual acentuada al hombre, que político soy a veces. Me pregunto incluso, si yo era músico y a mi respuesta afirmativa, el me soltó una joyita digna de mención como: ‘’Si no tocas la guitarra no sirve para nada’’, será cretino el tío. Bueno el acto no pasó a más por mi corrección hacia una persona mayor que yo. A ratos aburrido, me quedo con la cara de felicidad de mi amigo que cumplirá con uno de sus deseos y que al ser diacono podrá cumplir, ayudar a los demás.
Felicidades a los que aguantan horas dentro de una iglesia, y por supuesto felicidades a mi amigo Cesar Cid Gil por su celebración.

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