martes, 27 de enero de 2009

Perro, perro...




Esta transición de humano a perro, la verdad que me mata, no digiero la posibilidad ni de dormir en el suelo ni de comer en un cuenco. Aunque parezca paradójico que halla personas que ni coman, ni tengan un techo, es TRISTE.
Soy un cúmulo de malas suertes, y por eso me veo aquí, frente a este espejo, donde pronto me veré reflejado con mis bigotes y mis patas delanteras sobre este lavabo sucio y gris. Mi voz se ira transformando en un ladrido y mis uñas crecerán sin freno, seré carne de camada y lo peor, meare en cada esquina marcando mi supuesto territorio. Olisqueare lugares rociados con veneno y algo que no cambiara, seguiré metiendo las narices donde no me llaman. Habrá hembras dispuestas a procrear con este can, sin nombres, sin citas, sin prejuicios, sin palabras…
Muerdo esta pelota roja de goma, mientras pienso todo esto.
Galletas de buey, correas de colores, malditos bozales y algúna que otra fría alfombra adjudicada para que repose mis sueños. Hablan que los dulces me dejaran ciego, pero no creo en ese tipo de cosas, ya que opino que el animal en el que me convierto siempre ha sido maltratado por las habladurías y dichos.

‘’ Perro ladrador…….por algo será ‘’
‘’ A perro flaco…….échale de comer ’’
‘’ El perro de San Roque no tiene rabo……….Ramón Ramírez es un imbecil ‘’

Paso horas frente a este espejo y también miro y observo mis manos, que poco a poco y más bien pronto, perderán utilidad y se irán transformando en acolchadas y alargadas patas. Mis hábitos se modificaran de una forma natural e irrefrenable, conoceré a las pulgas y lo peor, todas mis respuestas serán ladridos. Solitarios ¡UAUS! a nada o a algo que no veis y que solo una leyenda ha sido capaz de darle importancia.
Seré un mastin, un labrador o un simple y afable perro sin raza, pero la duda me gana…

¿Quién me sacara cada mañana, y quien escribirá lo que pienso, si nadie entiende a un perro que ladra?

2 comentarios:

pilirroja dijo...

No hay que ser nada perro para serlo, leales sin tener que ponerles a prueba y para muestra un botón; modificados genéticamente a nuestra conveniencia para aguardar fuera de la casa para cuidarla o miniaturizarlo como complemento dentro de un bolso.
Son rutinarios, disfrutan de los detalles más nimios, agradecidos y sumamente felices. No ambicionan lo que no pueden conseguir y cuando lo hacen saben disfrutarlo sin estancarse en el paso siguiente. El que quita esta noble naturaleza a este animal para convertirlo en un deshecho vivo no tiene ni nombre..
(una rascaita detrás de la oreja)

daniel dijo...

¿y las vueltas arturo?
las vueltas vuelves!!
jajajajaa

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