lunes, 7 de abril de 2008

Domingo de sol


Nunca fui un dominguero, pero que buen domingo el de ayer. Me gusta hacer lo que me da la gana, y la verdad que ayer fue uno de esos días que toleras todo, que la chica mas simpática del baile te sonríe y… ¡hace hasta sol!
Me desperté con una sonrisa que no se quitaba con cualquier cosa, y decidí que ese día iba a ser para mi, mi equipo de fútbol y para quien me quisiese regalar una sonrisa
El paseo de los melancólicos que nombre mas apropiado para la calle que me lleva a la puerta 42, que acertado, bajan alegrías según el día y suben alegrías o penas según el día. Hacia sol y veía a las chicas guapas, a las verdaderas chicas guapas, las que llevan la camiseta de mi equipo, las que amo con locura. Como un patio de colegio lo que vimos, donde lo que importaba era casi pasar la tarde lo mas rápido posible viendo lo que se veía, los dos últimos ni los celebre.
Pero se gano y volvíamos por el paseo sonrientes y bromistas.
Crucé el puente de piedra y fui a ver a una vieja amiga que note triste y con la que intimo cuando el tiempo nos lo permite, nos contamos historias de nunca acabar y bueno hasta a veces nos reímos, la suerte va por barrios.
Agradable la visita.
Mas tarde La Latina me vio pisar y beber con amigos, músicos de mi ciudad, con los que compartí la noche y muchas sonrisas.
Las mujeres brotaban del suelo y reinaban Madrid, la verdad un placer estar entre esos dos mundos, el mió y el suyo.
Conocí a Zoe, encantadora y bellísima niña, que me regalo una frase encantadora…
- Zoe, ¿te gustan mis zapatillas?
- Pues no mucho
No tendría a lo mejor gracia, si ella no tuviera 2 añitos y me lo dijera con esos ojitos chiquititos mientras corría con Joel.
Regale una rosa a una persona muy especial para mi, y es que hay amores que ni se dicen ni se cuentan, pero el respeto es mas que el amor y lo mejor es estar así…
Volví a casa recordando viejos tiempos con mis amigos y bueno, fue un buen día, y por eso decidí escribirle.
El domingo que hizo sol y calor.

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