Ya bajaba sabiendo que algo me dejaba arriba y la pereza, se convirtio en un empujon
ascensor abajo, para darme la vuelta. En la boca el blunt y en la comisura de los labios una sensacion
solo comparable a dormir drogado de algun medicamento somnifero. Un viaje.
Gire el volante del coche y note como si andara sobre piedras gigantes, llegue al cruze y al
girar a la izquierda, una gran señal roja prohibia que mi camino siguiera por esa direccion, suspire, y prosegui
mi camino en la direccion adecuada. Podria hablar de 100km adelante, pero a lo mejor te hablo de metros,
o incluso de alguna medida menor, lo que se, es que hize los pocos kilometros que separan
mi casa del punto 0, en aproximadamente 25 minutos y que a mi me parecieron 1000 millas y una noche
entera.
Decidia, y en la rotonda donde siempre suele a ver un control de Dark Vaders, no habia nada, ni un coche,
solo estabamos yo y mi termometro del coche marcando -7 bajo cero, pero gire y alli estaban,
al final de la calle haciendo lo que debieran y cada vez estaban mas cerca. Un impulso marco el intermitente
de la derecha y por esa pequeña bocacalle donde siempre aparcamos los coches en las noches de borrachera perdida,
escape o esa es mi sensacion, porque cada vez creo que mi mente se confunde mas con lo que paso
anoche. Subi el puente, con la sensacion de tener las 4 ruedas pinchadas, el coche no andaba y
tampoco subia la temperatura del interior. Alli estaba yo, con mi gafas de pasta y sin tocar la espalda con el
asiento de mi coche, haciendo un viaje interespacial por las calles que me vieron crecer, si es que creci.
Cada resalto, era un abismo con cuerda y cada semaforo, una eternidad a la cual esperaba con una sonrisa
contando los leds que hacen que el verde signifique continuar, el ambar ten cuidado y el rojo pasion nos
grite una parada obligada. Aquel maldito puente y la luz roja haciendo que mis ojos fueran de demonio,
hasta convertirse en el verde de un alienigena con el hambre de una modelo, y con la sed de un
testigo de que el desierto de Gobi esta vivo. La ultima recta, mas resaltos y nadie en el retrovisor, de
repente sin ser invitado ese coche gris que utilizan los del lado oscuro para ir camuflados, estaba a mi lado.
No se si me vieron, no se si existi anoche, no se si estaba ahi e incluso no se si los vi. Se fueron como vinieron
y yo encontre un sitio para aparcar mi nave espacial, puse un pie en el suelo, me cargue la espalda y las manos
de bultos que debia subir, e intente llegar a mi cama lo antes posible. No tenia las cuatro ruedas pinchadas,
tenia agujereados los pulmones de alegria. El paladar dormido, y tu a mi lado, y mis
amigos en mi cabeza, mi madre sin llegar del baile y nada, nada mejor, que un mordisco a la
chocolatina que llevaba en el bolsillo, que me enseño que no hay nada mas dulce, que un dulce y que por supuesto,
fumar y conducir puede ser peligroso.
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